Saltar al contenido

PARA REYES, ¿CARBÓN O TIEMPO?

Cuenta la leyenda que un paje llamado Carbonilla es el encargado de vigilar a los niños durante todo el año. Si los niños se portan bien o mal es lo que informa a «Sus Majestades». Los Reyes comprueban estos hechos cuando leen las cartas de los pequeños y cotejan si han mentido o no.

De esta forma se cruza la información de las cartas de los niños con la que recoge Carbonilla y si Sus Majestades deciden dar un escarmiento «al pequeño» que se ha portado mal, es «el paje» el que se dirige con sigilo a su casa para dejarle un pedazo de carbón.

Aunque existen también otras teorías que nos cuentan que el carbón es como una metáfora de la negación de los regalos al Niño Jesús, por derretirse el oro, el incienso y la mirra, formándose ceniza.

Sea cual fuere el verdadero origen de esta tradición, desde TRITIUM AUTRIGONUM deseamos que los Reyes Magos os hayan dedicado parte de «su tiempo» y se hayan acordado de todos vosotros.

… TRAYENDO BUEN REGALO…

———————————–

«Una de las ideas fundamentales del autor es que “dar” tiempo no es dar “algo”, pues el tiempo no es una cosa, ni un objeto (incluso llega a decir que “no es nada”). En esto no reparamos cotidianamente, sin embargo, aunque no parezca evidente, la temporalidad en sí misma no es tangible.

De este modo, dar tiempo es mucho más que una donación, en el sentido vulgar de esta palabra, en el sentido de regalo, obsequio. Pues cuando lo damos, lo que estamos dando es “algo” que, en cierto sentido, no se “tiene” (como quien tiene una casa o un reloj). Esta idea, algo compleja creo yo, quiere decir en lenguaje fácil que dar tiempo es, como dice la cita del párrafo anterior, “dar de uno mismo».

Esto no significa que a los niños no debamos regalarles este próximo tiempo de Navidad un juguete, o a nuestra esposa en el aniversario de matrimonio unas bellas flores. Pero más importante aún que las cosas que podamos regalarles a nuestros hijos e hijas, o esposos o esposas, será nuestro tiempo, es decir, nuestra dedicación, atención, escucha, algún abrazo, una mirada tierna, un diálogo distendido… Pues, como enseña Johnson tu “presente” es tu “presencia”, eres “tú mismo”. Y la temporalidad de tu yo que se dona transcurre “aquí y ahora”.

JUAN PABLO VIOLA (2022).

https://www.unav.edu/web/bebrave/opinar/regalar-el-tiempo