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NUESTRO TIEMPO SOBRE EL PATRIMONIO.

 

TRITIUM AUTRIGONUM, comparte las imágenes antiguas que nos continuáis enviando. Forman parte del enamoramiento colectivo para con el patrimonio. 

¡CÓMO NOS GUSTA NUESTRO PUEBLO…!

¡MUCHAS GRACIAS!

¡PRECIOSA!

Más de 160 años de recuerdos…

El abuelo de mi padre era campanero, vivió en esa casa…

Y la del cartero, también decía que nació allí…


TRITIUM AUTRIGONUM EXIGE RESPETO PARA NUESTRO PATRIMONIO NATURAL.

MANOS A LA OBRA CON LA IGLESIA DE SANTA MARINA. ¿RUINA U OPORTUNIDAD?

TRITIUM AUTRIGONUM ESTÁ DANDO PASOS EN PRO DE LA PROMOCIÓN DEL PUEBLO. ¿QUÉ PASOS VAS A DAR TÚ?

POR FAVOR, UN POCO MÁS DE DINAMISMO PARA CON NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL.

QUIZÁS NO QUEDE MÁS REMEDIO QUE ARREMANGARSE Y…, ¡A LA FAENA!

UN POCO MÁS DE LA HISTORIA DE NUESTRO PUEBLO. EL YACIMIENTO DE FUENTESANZ.

TRITIUM AUTRIGONUM SEGUIRÁ TRABAJANDO PARA EVITAR QUE EL EGOÍSMO DE UNOS POCOS CONTINÚE CONDUCIÉNDONOS HACIA UNA COLECTIVIDAD “DESPAISADA”.


«…El que espera tiene a su lado un buen compañero en el tiempo, nos dejó dicho Saavedra Fajardo en sus Empresas políticas y en glosas a unas palabras que pronunciaba con elegante y noble regodeo vuestro trasabuelo Felipe II: «yo y el tiempo contra todos».

«Se dará tiempo al tiempo —pensaba y escribía Cervantes en La gitanilla—, que suele ser dulce salida a muchas amargas dificultades». Y en Las dos doncellas: «Dejad el cuidado al tiempo, que es gran maestro en dar y hallar remedio». Y en el Quijote: «Dejando al tiempo que haga de las suyas, que es el mejor médico de estas y de otras mayores dificultades». Una ilustre española y amiga, María Zambrano, Premio Príncipe de Asturias y serena voz del pensamiento, nos dice que quizá no exista experiencia que preste mayor madurez al hombre que su descubrimiento del tiempo. Otro premio, Alteza, de vuestro título —y os hablo ahora de Mario Bunge—, se sorprende de que el tiempo, siendo, sobre imperceptible, inmaterial, pueda medirse con tanta precisión. Observad, don Felipe, que esta precisa exactitud en la medida del tiempo funciona en extensión, sí, pero no en intensidad, ya que no es el mismo el minuto del enamorado que el del condenado a muerte…«

CAMILO JOSÉ CELA, 1987.